Escapada a Montevideo: itinerario completo en la capital oriental


Un clásico de todos los años. Semana santa, finde largo o verano. Todas las excusas son válidas. Montevideo, como Rosario, siempre estuvo cerca. Y justamente por eso es la coordenada perfecta para meter escapada. Así que, como la posibilidad está a un ferry o a 8 horas en auto de distancia, nos anticipamos a tus planes y te dejemos un itinerario completo. ¡De nada!


 

La de los mates con yerba de más polvillo, la mansa, la del cannabis legal, la del chivito y la grapamiel, la de las playas de verano.

Montevideo es una mezcla de todo, es tierra de alquimistas y masones. Es esa hermana que se parece y al mismo tiempo se aleja. Una ciudad moderna que, paradójicamente, se quedó en el tiempo. ¿Sabías que se la pensó como una ciudad militar y fue, junto con Cartagena de Indias, una de las dos ciudades amuralladas de toda América latina? Sip, por acá también hay historia, ¡no hace falta viajar a las europas!

Hacenos caso, anotá este itinerario day by day y disfrutá de Montevideo a pleno: 

VIERNES

1. Ciudad Vieja

Nos encantan esas ciudades donde la movida turística está súper cerca. Por suerte, Montevideo no es la excepción a la regla. De hecho, tiene los atractivos más icónicos bien pegaditos. Además, todos en una zona mega fotografiable donde sobran las puertas antiguas de colores, los callejones empedrados y el río de la Plata (que está ahí, mires para donde mires).

Pero, vayamos a lo más importante: a dónde hay que ir en la parte más antigua de la capital oriental, he aquí los cinco imperdibles:

A. EL MERCADO DEL PUERTO

Es el típico mercado de antaño y un lugar clave de lo que fue (y es) la Ciudad Vieja. Como su nombre lo indica, es lo primero que vas a ver cuando salgas del ferry. Así que, si venís ligero de equipaje es el momento para recorrerlo y picar algo de comida antes de seguir camino.

Escuchá este dato: es uno de los polos gastronómicos más reconocidos de toda la capital montevideana. Además, es un clásico de los clásicos que data de 1868.

Para que te des una idea de lo genial que es, se lo mandó a construir a Liverpool, Inglaterra. Obviamente, después lo trajeron por partes a Uruguay y  se convirtió en tradición. Eso sí, ¡no vayas en hora pico – al mediodía – porque recorrerlo va a estar complicado!

B. PLAZA MATRIZ

Podríamos decir que es el corazón del casco histórico. Mirá, es como una especie de Plaza de Mayo porteña, pero más chiquita.

A su lado están la Catedral Matriz y el Cabildo, dos edificios históricos súper importantes. Y, dicho sea de paso, entrar al Cabildo es gratis. Entonces, es bastante obligatorio ir si estás por acá. En medio de la plaza, hay una fuente divina hecha por el italiano Juan Ferrar. ¿Una curiosidad? Si te acercás vas a ver que tiene unos escritos mal redactados, entre el español y el italiano. Que no existiese google translator les jugó en contra, ¿no? 

C. TEATRO SOLÍS 

Siempre nos gustaron los teatros, y el Teatro Solís no es la excepción. Todo lo contrario. Su arquitectura es de pura influencia italiana y abrió sus puertas el 25 de agosto de 1856. Otro clásico, como verás. Para que te des una idea del tamaño, caben 1.500 personas. La posta es conocerlo mientras disfrutás de algún espectáculo. Hacés show y recorrida, 2×1 espectacular. Pero, si no encontrás nada que te vuele la cabeza, hay visitas guiadas casi todos los días – los lunes no -.  y lo mejor es que los miércoles la entrada es gratis. Felicidá.  

D. CAFÉ BRASILERO

Pensar que te podés sentar a tomar un café en donde escribían Eduardo Galeano y Mario Benedetti, es mágico. Es volver al pasado, sin duda. Por eso, visitar éste lugar es como entrar en un túnel del tiempo. Conserva la decoración de sus inicios en 1877, con un toque de art nouveau en los detalles de bronce, y – imaginate lo importante que es – que fue nombrado patrimonio arquitectónico de la ciudad.

E. PUERTA DE LA CIUDADELA

Ya dijimos que Montevideo era una de las dos ciudades amuralladas en toda Latinoamérica, ¿te acordás? Bueno, esta puerta es lo único que queda de esa muralla. En su momento separaba la ciudad-fuerte del campo uruguayo. ¡Qué lindo hubiera sido poder ver a la capital oriental así! Hoy, es pasar a ver un lugar que fue historia.

2. Escaramuza 

Las combinaciones de conceptos son nuestra perdición, así que – probablemente – estamos hablando de nuestro prefe en todo Montevideo. ¿Mucho suspenso? Te contamos: desde 2016, este café-librería emplazado en un caserón de 1903, ofrece talleres de lectura, venta y presentaciones de libros, además de muchísimas actividades. Osea, repetimos: café, libros y talleres en un solo lugar. A esa propuesta – simple pero genial – la maridan con cafés varios. ¿Nuestro favorito? El capuccino, que solo de pensarlo, nos da ganas de tomar uno en este instante. 

Y lo más lindo es la imagen que se ve. La gente leyendo sentada en el suelo, en los banquitos de madera, en las mesas de la cafetería o incluso parada. Posta, se respira cultura. Por eso, casi que no está permitido pasar por Montevideo y seguir de largo. Ojo, porque los domingos está cerrado.

SÁBADO

1. Playa Pocitos

Sí, como leés, no hace falta irse a Punta del Este para tener playa. Bueno, playa de río, pero playa en fin. Con sus tres kilómetros de extensión, Playa Pocitos es la locación ideal para armarse unos buenos mates y sentarse a mirar las olas, que vienen y van. Así, un plan sencillito, pero más que necesario si querés ranchear un poquito entre tanta corrida.

Donde termina la playa está el típico cartel con el nombre de la ciudad. ¿Lo ves? Bueno, ahí nace la arteria principal de este barrio: la calle Av. Dr Luis Alberto Herrera. No te olvides de este nombre, porque ahí nomás hay dos lugares que no podés dejar de visitar. Para empezar, The Lab Coffee Roasters, uno de los lugares más recomendados en todo Montevideo, si de tenerla clara en café se trata. Y para seguir, un spot para meter algunas compritas estratégicas: Montevideo Shopping. Coordenada perfecta para saciar, un poquito nada más, nuestro costado consumista.

DATO: la posta es alojarse por esta zona. Pocitos es un barrio más canchero y seguro que el centro histórico y, además, la movida nocturna está muy cerquita.

2. Palacio Salvo

Ojo, no todo en la vida es consumismo y el Palacio Salvo es la joyita de la ciudad que llegó para demostrarlo. Es un edificio de Mario Palanti, gemelo del Palacio Barolo en Buenos Aires. Por dentro, a lo largo de sus 25 pisos, vas a encontrarte con un club de billar (mesas profesionales incluidas), departamentos particulares, dependencias del gobierno y hasta salones de fiesta convertidos en oficinas.

Si querés conocerlo bien en profundidad, las visitas guiadas son los martes, jueves y sábados desde las 15.00 hasta las 18.00h. Ahora, el momento clave para estar acá es durante la hora mágica. ¿La qué? Pues claro, el horario del atardecer. Apreciarlo desde 84 metros de altura es, sin duda, un gran imperdible.

3. Lotus Club

Es sábado, y como tal, hay que disfrutarlo de día y de noche. Por eso, hacenos caso y anotá uno de los bailes – boliches para vos – más concurridos de Montevideo. Sus sábados classic la estallan, chequeado. Y queda a una cuadra nomás de la avenida Dr. Luis Alberto Herrera (¿viste? Es clave recordarla). 

DOMINGO

1. Parque Rodó

¡Vivan los domingos y las ferias!  Es una dupla que nunca – no, nunca – falla. En este parque, todos los domingos conviven vendedores de mates, termos, bombillas, caravanas, ropa vintage, dulce de leche, artesanías, chucherías y todo lo que te imagines. Así que, si no compraste nada en el shopping que te dijimos antes, estaría siendo tu momento. 

El Rodó es un parque diseñado por el paisajista Carlos Thays. Tiene 42 hectáreas y cada una de ellas te invita a sentarte y dejarte envolver por el entorno. Gente navegando en los botes a pedal de la laguna, jóvenes mateando y mirando al Río de la Plata y pájaros posados en los árboles o revoloteando por el lugar. 

Es un espacio verde de pura idiosincrasia montevideana. Ahh, y si la vas a hacer, hacela bien: armá un buen picnic con vistas al Río y disfrutá del domingo como corresponde. 

2. Castillo Pittamiglio

Panza llena, corazón contento y listo para seguir con la recorrida. Este castillo es la casa de los números perfectos, escudos indescifrables y símbolos geométricos. Tiene torres sin techo, puertas que no llevan a ningún lado y ventanas que no se abren. Sí, leíste bien y en todo esto está la gracia. Además, hay madera para limpiar la mala energía y hasta un mascarón de proa representando a la diosa Victoria de Samotracia. Por todo eso – y más -, es una visita obligada para todos los viajeros. 

3. Montevideo Beer Company

Una mansión icónica del siglo XX que se convirtió en la meca de los amantes de la birra, la charla y los juegos. Ubicada en una de las zonas universitarias de Montevideo, esta birrería no solo está preparada para los “afters” sino también para sentarse a tomar un café entre clase y clase. 

Fotos: Unsplash, @mar.hijadelmundo, Vicky Avenatti y cortesía lugares mencionados